“Todas
las batallas político-ideológicas que los cuadros de la Universidad
deben dar son más necesarias que el agua y el pan”
RIN
participó del primer Congreso
iberoamericano de Revisionismo Histórico, organizado por el
Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e
Iberoamericano Manuel Dorrego, en la ciudad de Buenos Aires.
En
la misma accedimos a una entrevista personal con el periodista,
escritor, guionista cinematográfico y miembro de dicha institución,
Julio Fernández Baraibar, quien opinó acerca de los objetivos del
reciente Congreso realizado por el Instituto, su visión acerca del
estado actual de las organizaciones políticas del campo nacional, la
reciente plena aplicación de la ley de SCA y de los objetivos de la
Universidad y de las organizaciones políticas vinculadas a ello.
RIN-¿Cuál
es el objetivo de la organización de este congreso y cuáles son las
expectativas que se abren a partir del mismo?
JFB- Para
mí, el Congreso ha sido una satisfacción, en lo personal, inmensa
y, desde el punto de vista de las tareas y objetivos políticos
institucionales, un éxito concreto. La verdad es que ha sido la
primera vez que organizamos algo como esto en el Instituto. En el
decreto con el cual se crea el mismo estaba planteado que se
realizara un congreso latinoamericano y otro nacional y esto era todo
un desafío.
Organizar
un congreso nacional y latinoamericano es todo un desafío, los
problemas de viaje y cambiarios que tenemos con algunos países de la
región eran todo un tema y la verdad que el resultado ha sido
excepcional. De todos los invitados no argentino participaron un 100
por ciento y con los invitados del interior del país también fue
así. Desde el punto de vista de la organización ha sido un éxito y
nos pone, como dijo Pacho O' Donnell, en la necesidad de plantearnos
la idea de cómo hacer para realizar el segundo congreso.
RIN-
Mas allá del tema especifico, se plantearon centralmente dos temas:
por un lado la necesidad de terminar con la colonización de las
mentes y las ideas y, la otra, que esto ayuda a la idea de una
integración nacional que quedó trunca. No es casualidad que hoy
tantos hombres y mujeres confluyan en esta idea de empezar a pensar
desde nuestro lugar e integrarnos como una Nación ¿Cómo ves esto?
JFB- Se
le atribuye a Víctor Hugo una frase que dice que no hay nada más
potente que una idea a la que le ha llegado su tiempo y hoy estamos
comprobando que a esa idea de integración latinoamericana le ha
llegado su tiempo. Muchos de nosotros nos formamos, en la década del
70, con la idea de forjar una integración latinoamericana. Antes de
nosotros otros hombres, como Juan Domingo Perón, pensaron esta idea
y dejaron sentadas las bases conceptuales, lógicas y teóricas de
esa integración y, hoy, esa hora nos ha llegado. El fin de siglo y
todo el proceso de globalización que se produce después de la caída
de la URSS, hizo evidente y puso en negro sobre blanco a los pueblos
y políticos del continente que había llegado la hora de las grandes
unidades continentales y se encontraron con que había todo un
sistema de ideas y corrientes de pensamientos que habían planteado
esto en su momento.
Había
un pasado en común, a diferencia de Europa que tenía que saldar
ríos de sangre para forjar una integración entre Alemania y
Francia, por ejemplo. Nosotros tenemos las mismas bases culturales,
tenemos una misma lengua y una misma religión, habíamos peleado
juntos por la independencia. Entonces apareció la necesidad de
constituir un gran bloque regional con la idea de no sucumbir en la
política internacional. Un poco es eso lo que ha sucedido. Parece
sencillo si se dice así tan fácil y si todo fuera como reír y
cantar, pero no es así. Hay dificultades y este proceso de
integración también tiene resistencias, hay bloques sociales que se
resisten a ello.
Lo
que ha aparecido en la conciencia general es que si no nos
integramos, desaparecemos. Si no constituimos un bloque de poder, de
Estados que tienen una enorme cantidad de habitantes, una gran
extensión territorial y una inmensidad de recursos naturales y de
modelos económicos, que, si no nos unimos, desaparecemos como
posibilidad de ser sujetos en la política internacional y nos
convertiremos en apéndices de otros bloques más fuertes que han
podido lograr esa unificación.
RIN-
El mecanismo para llevar adelante esto es a través de la
participación política y de la discusión acerca de los temas de la
agenda pública, a partir de sentar las bases del disenso y no a
través del consenso que siempre viene impuesto desde arriba. Para
ello es necesario generar organizaciones con un alto nivel de
formación de sus cuadros políticos para poder dar esta batalla tan
dura. En ese sentido, ¿cuál crees que es el estado actual de estas
organizaciones?
JFB- Cuando
nos propusimos hacer el Congreso, yo había pensado que debía tener
una consigna: “Conocer la patria Grande”. Esto, creo, es una de
deuda, porque. por ejemplo. los mendocinos no conocen la historia de
Chile y eso que son pueblos que están a muy poca de distancia entre
sí. Lo mismo con los jujeños y Bolivia. Yo creo que es fundamental
generar mecanismos para que nuestras partes se conozcan.
Tengo
el orgullo de decir que si hay un país en donde hemos avanzado y
logrado generar un cuerpo de ideas y un sistema de pensamiento
profundo y meditado sobre el tema de la integración somos nosotros
los argentinos. Nuestros hermanos de otros países se han encontrado,
con la mejor buena fe, la posibilidad de proveerse de este gran
sistema de ideas que hemos generado los rioplatenses. Esto debe
trasladarse a los militantes políticos, porque estos tienen que
estar formados no sólo en la virtud de ganar elecciones sino también
en el arte de la construcción estratégica de las grandes políticas
que nos tenemos que dar. Si los militantes políticos y esta nueva
juventud sólo se lucen en el arte de ganar elecciones y no generan
cuadros políticos con dos, tres o cuatro puntos de vista sobre los
cuales se puedan pronunciar, estamos errando en algo.
Esto
se forma con debate, con discusión, pero también con cuadros
políticos que tengan esta idea, de otra forma fracasaremos. Están
dadas las condiciones. A esta idea de la integración nacional le ha
llegado la hora y hay que estar decidido frente a ella.
RIN-
El imperialismo, a partir de un sistema de colonización cultural, ha
logrado durante décadas frenar este proceso de pensamiento
autóctono, autocentrado, acerca de lo que nos ha pasado a los
argentinos. Esto ha contado con la complicidad de ciertos actores
internos y en nuestro caso particular en la Argentina tienen
candidatos en listas como Julio Cobos en Mendoza y Massa en Buenos
Aires. ¿Cuáles son hoy los mecanismos de dominación o de
colonización cultural que permiten que suceda estas cosas y que por
ejemplo permita que estas expresiones políticas saquen tantos votos?
JFB- Creo
que hay un tema que ha sido planteado muchas veces por la Presidenta
que es el tema de la colonización cultural y se ha instalado un gran
debate político cultural -para no usar la palabra ideología que
tiene cierto peso negativo- en el cual nosotros, como movimiento
nacional y popular, tenemos que conquistar a las grandes masas para
este nuevo paradigma.
Esto
se refiere a que hay un debate que se tiene que dar desde las
universidades, desde las escuelas, desde el ministerio de educación,
tanto a nivel nacional como provincial, lo que implica, no sólo
discutir acerca de las técnicas pedagógicas a implementar en el
sistema educativo, sino también y sobre todo del contenido que se
enseña en las mismas.
Estos
resultados electorales adversos tienen, en gran parte, su origen en
esta colonización cultural. Por eso debemos dar una gigantesca lucha
cultural que desarraigue ese esquema neoliberal y eso se refleja en
estas expresiones electorales que vos mencionas, pero que, además,
cuentan con el apoyo de todo el sistema mediático, de todos los
aparatos de comunicación, la embajada de EEUU y repercute en
grandes sectores de las clases medias que, al lograr un ascenso
económico, optan por viajar a lugares como Miami y Disney World que
expresa un poco todo esto. Esto es un problema, porque cuando llegan
a Disney World -siempre como metáfora- se genera una concepción del
mundo y de la vida que atenta contra nuestros principios culturales.
RIN-
Ese aparato cultural que tiene como mecanismos estratégicos de
dominación a los medios de comunicación han sufrido una derrota a
través de la plena aplicación de la Ley de SCA. Frente a esto ¿cuál
es la estrategia por parte de la Universidad para contrarrestar esto
que vos mencionabas, ya que es aquí donde se forman las principales
usinas del pensamiento reaccionario contrarios a los intereses de la
integración nacional?
JFB- En
el caso de la Ley de SCA hemos logrado saldar una gran batalla. El
monopolio ha debido aceptar la majestuosidad del Estado, es decir que
no hay nada en la Nación superior a la Nación misma. Acá terminó
la discusión y el Estado Nacional dictaminó, por los mecanismos
establecidos en la Constitución. La Ley de Medios genera nuevos
espacios de discusión y debate para seguir afrontando estas batallas
y luchas políticas.
Respecto
a la Universidad el análisis es un poco más complejo, ya que éste
es un problema estructural, de la génesis misma del pensamiento
universitario argentino. Aquí hay que dar una gran batalla. Todas
las batallas político-ideológicas que los cuadros de la universidad
deben dar son más necesarias que el agua y el pan. Creo que tenemos
ciertos déficits. Estos puntos de vista que ustedes escucharon en el
congreso y que contó con el apoyo de más de 450 inscriptos
acreditados no se refleja en los cuerpos de profesores ni en el
estudio del Estado , ni en muchos de los movimientos políticos.
Ustedes saben mejor que yo la gran lucha que tenemos que dar. Frente
a esto la única respuesta que debemos dar es seguir organizándonos;
militando, discutiendo y convenciendo a los estudiantes, ganando
centros estudiantiles, ganando federaciones estudiantiles. No es una
tarea fácil, pero es la lucha política que hay que dar.
RIN-
El problema principal siguen siendo los planes de estudio...
JFB- La
estructura del Ministerio de Educación está impregnada de
funcionarios medios, en lops niveles secundarios, liberales, gorilas
y antiperonistas. Por eso digo que no es fácil. Hugo Chávez tuvo
que crear una especie de Estado paralelo para dar las batallas
políticas que necesitaba dar, para poder llevar adelante las
políticas de salud pública, de educación, etc. Todos los gobiernos
que llegan a través de las vías democráticas se encuentran con un
Estado que está formado en el anti-Estado y muchas veces te
encuentras con abogados dentro del Estado que dicen eso va contra la
ley, eso otro también, etc, e inmovilizan la acción del estado
democrático. Creo que esto es grave, porque, muchas veces, estas
personas lo hacen consciente -e, inclusive, inconscientemente- porque
están formados bajo unatradición de pensamiento reaccionario,
antinacional, cipayo.
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