8 de octubre de 2013

30 días para el sonido y la furia



El cierre de esta edición de Caminopropio fue sorprendido por la noticia del reposo por prescripción médica de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, primero, y por la necesidad de una intervención quirúrgica, inmediatamente después.
El alejamiento momentáneo de la presidenta, en medio de una campaña electoral sumamente reñida, ha tensado el odio y la revancha de los sectores concentrados de la economía -el monopolio mediático, los agentes del capital financiero internacional, la nueva oligarquía sojera- que se atreven a las más crueles e inhumanas afirmaciones y deseos.
Una política internacional soberana
El 23 de septiembre la presidenta Cristina pronunció en la 68° Asamblea General de las Naciones Unidas un memorable discurso. En uno de sus párrafos sostuvo: Esta es una ONU entre los buitres de la deuda y los halcones de la guerra, es peor que la película Los Pájaros de Hitchcock, quien, por lo menos, era un buen director”. Los fondos buitres, en efecto, se han convertido, con la complicidad de la prensa monopolizada, en una amenaza a todo la arquitectura financiera con que Néstor Kirchner, primero, y Cristina, después, reiniciaron el camino de la industrialización, la inclusión social, el crecimiento del mercado interno, la inversión estratégica en educación, salud, investigación y conocimiento científicos, la reducción drástica de la desocupación, la vigencia de las convenciones colectivas de trabajo, en suma, la recuperación del programa nacional y popular que caracterizó los mejores años del peronismo, en las condiciones de un país desvastado por treinta años de hegemonía neoliberal, bajo forma dictatorial o seudodemocrática.
La presidenta argentina reiteró la posición tercerista que ha sido tradicional en la política internacional del movimiento popular argentino y bregó por la reforma del Consejo de Seguridad, al que calificó como “antifuncional y obsoleto no solamente frente a la cuestión Siria, sino también ante otros frentes contra la paz y contra la seguridad en el mundo”.Crítico el derecho a veto de las grandes potencias surgidas de la Segunda Guerra Mundial y reclamó un sistema de consenso como el “que tenemos en los organismos regionales de América, como el UNASUR, como la CELAC, como el Mercosur, donde las decisiones se toman por consenso”. Y agradeció al Papa Francisco “la intervención fundamental que tuvo en la cuestión siria”.
La Batalla Cultural
Unos días antes, la presidenta había inaugurado la Casa de la Cultura en la Villa 21-24 de Barracas como sede de la Secretaría de Cultura de la Nación. La emoción y la fiesta con que la presidenta fue recibida en el barrio expresaba el reconocimiento a un cambio de paradigma cultural que toma al pueblo, al más profundo y explotado, al más postergado, como sujeto creador y centro de la política cultural del gobierno. Se trata de una política inclusiva en alto grado, porque no sólo implica el reconocimiento igualitario que a todos los ciudadanos les debe el Estado, sino que además le asigna un papel protagónico a su creación comunitaria, a las profundas corrientes espirituales que cruzan el alma de las multitudes, a su identidad latinoamericana, a sus necesidades y deseos. El papel decisivo que han jugado el Secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, como nuestro compañero Víctor Ramos en el cumplimiento de esta voluntad presidencial obtuvo, también en aquella jornada, un cálido reconocimiento de parte de ese pueblo trabajador que vive en la Villa.
Argentina Satelital
Días después, a su regreso de Nueva York, la presidenta pudo celebrar el ingreso de la Argentina al grupo de siete países que desarrollan satélites. Los logros alcanzados por la empresa estatal INVAP, salvada casi por milagro del desmantelamiento neoliberal, y por la permanente inversión del estado en el desarrollo tecnológico, han puesto a nuestro país, a tan sólo doce años de la implosión del 2001, en el segundo lugar en el continente americano, después de los EE.UU., en condiciones de construir satélites.
Este es el país en el que hoy vivimos los argentinos, sin necesidad de escapar a otros rumbos, con una juventud que estudia y que está recuperando puestos de trabajo, salarios y mejores condiciones laborales.
Pero no son solo los fondos buitres las únicas aves de rapiña que sobrevuelan sobre el cuerpo sano y fuerte de la Argentina.
Los negros pájaros de la restauración oligárquica
Ni bien conocida la noticia de la afección presidencial, bandadas de aves carroñeras con espacios en los grandes diarios, en los canales de televisión, en las radios y hasta en las redes sociales salieron a alimentarse de lo único que les interesa: un país vencido, empobrecido, sin voluntad ni futuro.
Este mes en el que Cristina se recupere de su operación serán 30 días “de sonido y de furia, como el discurso de un idiota”, según la rotunda expresión de Shakespeare.
El pueblo acompañará, como lo ha hecho siempre, con sus oraciones y su voluntad , el reposo presidencial y estará atento a todas las maniobras destituyentes y golpistas que surgirán del seno de un establishment que no se resigna a perder sus privilegios.
El vicepresidente Amado Boudou, tan distinto en su lealtad, al miserable de Julio Cobos, sabrá cumplir con patriotismo la tarea que le ha impuesto la historia. Respaldar y sostener su breve interinato será el deber de quienes hemos confiado en Cristina Fernández de Kirchner para continuar la tarea iniciada en el 2003. No habrá calumnia e injuria que se ahorren para desprestigiarlo y socavar, no su poder, sino el de la voluntad popular expresada en las elecciones del 2009. El 54% de los argentinos los elegimos por cuatro años para cumplir el programa que hoy estamos desplegando.
Los oscuros deseos de una oposición antinacional y antipopular, la barbarie impía de los que escriben comentarios en Clarín o La Nación tendrán que masticar, nuevamente, su derrota.
Y todos nosotros acompañaremos durante esta singular campaña electoral a una presidenta que se ha ganado el corazón de su pueblo y a la que le quedan dos años para conducir a la República por el camino de la soberanía política, la independencia económica y la justicia social.
Todos sabemos lo que tenemos que hacer en las elecciones de octubre: tapar con votos nacionales y populares el sonido y la furia oligárquicas.
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7 de octubre de 2013