13 de julio de 2020

Las fijaciones infantiles de un mediocre y su triste resentimiento

Las fijaciones infantiles de un mediocre y su triste resentimiento

Soy un admirador y un seguidor de nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Y en tal carácter estimo necesario declarar al sedicente filósofo Alejandro Rozitchner una basura intelectual y moral producto del odio oligárquico, de su mediocridad personal y de su profundo desprecio por la Argentina en la que nació y no merece vivir.

En la víspera del 17 de octubre y en en la servicial agencia El Tábano, del no menos servicial Carlos Acuña, el hijo entenado de un gran pensador publica el detritus que emana de su cerebro quemado por el odio, el resentimiento y una sospechosa misoginia.

Leer su visión pesadillesca sobre nuestra gran presidenta es mirar, involuntariamente, en el oscuro laberinto del alma tortuosa de este homúnculo. A riesgo de contaminarnos con su virulenta prosa, citaré algunos de sus más inmundos párrafos:

Es una presidenta sin amor, sin ganas de ayudar, sin humildad, que no cree que tenga ya nada que aprender, encerrada en su mundo de modas y cremas, de delineadores y maquillajes, más dispuesta al enojo que a cualquier otra cosa, que siente siempre que la quieren joder y termina jodiendo ella”.

Si se hace caso omiso a lo tabernario del léxico del autodefinido filósofo, lo que leemos es la radiografía de un miserable misógino, con verdadero temor a la vagina dentada -cosa que su padre le puede explicar con mayor precisión que este lego-, quien con esto cree describir a una de las políticas más inteligentes, cultas y formadas del mundo.

Casi se entrevé, en sus resentidas palabras, al niño malquerido, ciego de celos por una madre que se pinta y arregla para seducir a ese hombre al que él debe llamar papá. Se siente la rabia que le producen sus retos cuando le ordena que duerma en su propia cama, que “siente que siempre la quieren joder y termina jodiendo ella” (joder: 1. intr. malson. Practicar el coito. U. t. c. tr. RAE). El despecho del niño por la madre jodedora con otro se hace transparente en el brulote-confesión de Rozitchner.

Pero no es el psicoanálisis el ámbito para discutir con el miserable escriba. El ámbito es el de la política. Sus oscuras obsesiones, su complejo de parvenu, su extranjería frente al pueblo argentino ha determinado este engendro pustulento, que la oposición debe festejar en privado. Y es en el ámbito de la política que estas deyecciones recibirán su merecido. El desprecio y el olvido enterrarán la prosa y la figura de Rozitchner como lo hicieron con “el aluvión zoológico” y con Ernesto Sanmartino, con el “se acabó la leche de la clemencia” y con Américo Ghioldi.

3 de julio de 2020

Gabriel Fernández y Julio Fernández Baraibar en diálogo sobre el Papa Francisco

Gabriel Fernández y Julio Fernández Baraibar en diálogo sobre el Papa Francisco: Francisco es producto de la historia política del pueblo argentino.