19 de abril de 2007

Epitafios y ovillejos

Entre fines de 1973 y fines de 1974, Jorge Raventos y yo comenzamos a publicar en Izquierda Popular, una pequeña sección, en la última página, en la que ironizábamos sobre alguna figura política con el género del epitafio, en algunos casos, o del ovillejo, en otros. El tiempo ya no me permite recordar -en realidad, no es el tiempo sino este alemán que no me acuerdo cómo se llama- quien ha sido el autor de cada uno de ellos. De una manera u otra eran una creación colectiva.
Hojeando viejos papeles me los encontré y los subo al blog, para recuerdo de quienes los leyeron en su momento, y descubrimiento para quienes los lean por primera vez. De su lectura se puede percibir la dureza y el encarnizamiento de la lucha política de entonces y la irrespetuosidad que nos daba tener veinte años.


EPITAFIO AL CORONEL NAVARRO
(El coronel Navarro era un jefe de policía del gobernador Lacabanne de Córdoba, brutalmente reaccionario y de clara filiación fascista)

Bajo dos metros de tierra,
en un redondo ataúd,
yace el Coronel Navarro
tocando triste el laúd.

Cuando lo iban a enterrar
se eligió tamaña funda
para poderlo patear
desde su casa a la tumba.

OVILLEJO DEL REINO UNIDO

Sin pelo pero con más maña
Gran Bretaña,

agonizas con-fundido,
Reino Unido,

y nadie tus ojos cierra,
Inglaterra.

Fue tu más heroica hazaña
haber desaparecido.
El Medio Oriente te entierra,
Gran Bretaña, Reino Unido o Inglaterra.

EPITAFIO A RICHARD MILHOUS NIXON

Richar Nixon yace aquí
abrazado a Tío Sam.
Juntos quedaron así
al echarlos de Vietnam.

Por último a rematarlos
saltó el caso Watergate.
Sólo nos queda expulsarlos
del barroso River Plate.

OVILLEJO A EMILIO ABRAS
(Emilio Abras era el secretario de Prensa de Perón, un peronista un poco franquista y reaccionario para nuestros revolucionarios gustos de entonces. Lo he subido al blog más por razones de fidelidad histórica que por mantener el mismo punto de vista.)

Jactando de puro ario
Secretario,

Con Franco en un dulce idilio,
Emilio,

Negro porvenir te labras,
Abras.

En Prensa eres vicario,
del pueblo, un utensilio.

Si amordazas las palabras
en rapto totalitario

cambiarás de domicilio,
Secretario Emilio Abras.

OVILLEJO DE ALBERTO J. ARMANDO
(Ex presidente de Boca, vendedor de autos, creador de la ciudad Deportiva y candidato de Ezequiel Martínez –el candidato oficialista en las elecciones de 1973-.)

Aunque es un vivo está muerto,
Alberto,

Lo asusta la bancarrota,
Jota,

Y en Boca lo andan buscando,
Armando.

Para él la fama fue cuento,
la Deportiva, derrota,

Lo de Ezequiel, contrabando.
Por eso, aunque no sea cierto,

dicen que no yace, flota,
Don Alberto Jota Armando.

EPITAFIO A LA PRENSA

Una farola apagada,
un cadaver insepulto,
La Prensa agoniza aquí
sin lectores ni tumulto.

¡Quisiera ser expropiada!

Que Gainza descanse en Paz.
Que el demonio en su impiedad
no le prescriba otros males
que leer sus editoriales
por toda la eternidad.

OVILLEJO A FRANCISCO GUILLERMO MANRIQUE
(el bombardeador de Plaza de Mayo en 1955 e inventor del ministerio de Bienestar Social y del Prode)

Posando, ya de amable, ya de arisco,
Francisco,

ordeñando a la viuda y al enfermo,
Guillermo,

Te viste popular, te diste dique,
Manrique.

Hoy ya no hay paco ni para el mordisco.
Hoy tu partido es territorio yermo.
Hoy tu barco pirata se va a pique,
don Francisco Guillermo de Manrique.

EPITAFIO A RAUL ALFONSIN

Del pago de la Laguna,
sereno, triste y cansado,
llegó a la ciudad, ¡ahijuna,
con diploma de abogado.

Mostró, senil y jovial,
su pasta de Gran Delfín.
Lo mató un síncope "Urnal"
al doctor Raúl Alfonsín.