30 de octubre de 2011


Vivian Trias: Un socialismo en la senda de Manuel Oribe y Aparicio Saravia

El 24 de noviembre de 1980, la República Oriental del Uruguay estaba gobernada por un anciano jurista puesto en el cargo de presidente por las Fuerzas Armadas, que siete años atrás habían terminado con la proverbial democracia uruguaya. Aparicio Méndez se llamaba el anciano presidente y el 30 de ese mismo mes y año se realizaría un plebiscito popular para aprobar la reforma constitucional pergeñada por la dictadura. Aquel día falleció en Montevideo uno de los más notables ensayistas y políticos uruguayos, el socialista Vivian Trías.

Era lo que los uruguayos llaman un “canario”, un hijo del departamento de Canelones que rodea a la ciudad de Montevideo. “Canario” es también sinónimo de “pajuerano”, de paisano, de hombre del campo. Y esto caracterizó la concepción política de Trías: una visión socialista impregnada del federalismo artiguista y blanco, que ponía en el centro de su crítica la creación del Uruguay por el Imperio Británico y su secular dependencia de la política y la economía inglesas.

En 1956 ingresó a la Cámara de Diputados, en representación del partido Socialista y fue reelecto dos años después. Su amistad y coincidencia políticas con Alberto Methol Ferré y con Jorge Abelardo Ramos lo llevaron a crear una tendencia interna en el partido a la que denominó, igual que en la Argentina, Izquierda Nacional. Desde esa concepción enfrentó a la conducción histórica del socialismo en manos de Emilio Frugoni, un perfecto émulo uruguayo del argentino Juan B. Justo. Si Frugoni se inscribía en la tradición montevideana del partido de la Defensa de Montevideo y de Batlle y Ordoñez, Vivian Trias lo hacía con la originada por el federal Manuel Oribe y el blanco Aparicio Saravia, el último caudillo de a caballo en el Río de la Plata.

En 1960 Vivian Trias fue elegido secretario general del Partido Socialista del Uruguay. Fue entonces que llevó al partido a acercarse a la Unión Popular, liderada por el herrerista (seguidor del líder blanco Luis Alberto de Herrera) Enrique Erro, acercamiento que constituyó uno de los antecedentes políticos del Frente Amplio. La lista 41 de la Unión Popular estaba también integrada por otros políticos independientes como Carlos Real de Azúa, José Claudio Williman, Alberto Methol Ferré y Roberto Ares Pons (todos ellos creadores de la famosa revista Nexo) y la Liga Federal de Acción Ruralista, creada por Benito Nardone, el popular comentarista radial “Chicotazo”.

El incumplimiento por parte de los herrerista de algunos acuerdos electorales -las bancas correspondientes a Canelones y Montevideo- terminó con la alianza y la pérdida de la diputación de Vivian Trías, lo que determinó, posteriormente, su alejamiento de la secretaría general del Partido Socialista, aunque continúo ejerciendo una profunda influencia intelectual.

Fue un promotor del Frente Amplio y un crítico abierto al pensamiento liberal de la izquierda uruguaya y a la influencia que el imperialismo británico ejerció tradicionalmente en el pensamiento político de su país. Fue elegido nuevamente diputado por el Frente Amplio en 1971 hasta el golpe cívico militar del presidente Bordaberry en 1973.

El gobierno militar lo destituyó de sus cátedras, aunque no fue detenido.

Todo esta intensa actividad política de Vivian Trias fue sostenida con una profusa actividad como historiador y ensayista. En 1960 sale “El imperialismo en el Río de la Plata”, publicado en Buenos Aires por la legendaria Editorial Coyoacán de Jorge Abelardo Ramos. Al año siguiente publica “Las montoneras y el Imperio Británico”, en 1962 “Reforma agraria en el Uruguay”.

“Por un socialismo nacional”, libro donde sintetiza y expone su visión coincidente con la de la Izquierda Nacional argentina, apareció en 1966.

En 1969 da a conocer su extraordinario “Juan Manuel de Rosas”, posiblemente una de los más acertados análisis sobre el Restaurador. Sin caer en la apología hispanizante del nacionalismo oligárquico ni en la condena ideologista del liberalismo, Vivian Trias desmenuza con prosa certera y precisión crítica el sistema de intereses sociales, políticos y regionales del rosismo y sus contradicciones con el federalismo del interior, incluido el de los orientales.

Durante la dictadura, en 1975 Trias publica la imponente “Historia del imperialismo norteamericano”, en tres tomos, editada en Buenos Aires por Peña Lillo.

Vivian Trias fue un entusiasta defensor de la integración suramericana, con particular énfasis en la integración de la cuenca del Plata. Su “Imperialismo y Geopolítica”, de 1973, condensa su rica visión continental.

Había nacido el 22 de mayo de 1922, un año después que Jorge Abelardo Ramos lo hiciera en el barrio porteño de Flores. Su temprano fallecimiento hizo que el retorno a la democracia en su país no lo tuviese entre sus protagonistas. Con su ausencia, la posibilidad de desarrollo de una izquierda federal, con raíces blancas y preocupada por la integración del continente, perdió una poderosa voz, cuyos ecos hoy escuchamos en la palabra y la acción del actual presidente uruguayo, don Pepe Mujica.

Buenos Aires, 30 de octubre de 2011

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