En esta página publico los artículos escritos por mí en los últimos años, sobre política argentina, política latinoamericana y política internacional, que considero más interesantes y de actualidad. Visite mi blog con temas periodísticos y literarios http://jfernandezbaraibar.blogspot.com
1 de diciembre de 2017
27 de noviembre de 2017
En la senda de El Arpa Birmana

Posiblemente
el recuerdo más remoto que mi generación pueda tener sobre Birmania
son las dolorosas imágenes en blanco y negro de El Arpa Birmana, la
magistral película de Kon Ichikawa, que hablaba de la profunda
crisis que significó para el alma japonesa la derrota sufrida en la
Segunda Guerra Mundial. El soldado Mizushima, cuya función es tocar
el “saung” o arpa birmana en la banda de su regimiento,
convertido en un aspirante a monje, se propone la tarea de enterrar a
todos los soldados japoneses caídos en suelo birmano, antes de
volver al Japón, para cerrar, de alguna manera, la herida abierta
por la derrota. Pero muy poco, si algo, sabemos de Birmania, que ha
pasado a llamarse Myanmar u, oficialmente, Unión de Myanmar.
En
ese país de 50 millones de habitantes, donde conviven, a veces en
armonía, muchas veces en discordia, desde hace milenios distintos
grupos étnicos y lingüísticos, aterrizó esta mañana nuestro
compatriota, el Papa Francisco.
Poco
después que las tropas japonesas se rindieran ante los británicos,
los ocupantes coloniales de Birmania, el Imperio debió conceder la
independencia. En 1612, con la presencia de la Compañía Británica
de las Indias Orientales, la empresa saqueadora de las riquezas del
Extremo Oriente, los británicos reemplazaron a los portugueses en el
control comercial de la región, donde se mantuvieron bajo distintas
formas hasta 1948. En el interín, separaron la antigua provincia de
Arakán, en la costa occidental de Birmania y la unieron a su colonia
de Bengala Oriental, fomentando el traslado de bengalíes musulmanes
como trabajadores semiesclavos en la agricultura colonial de esa
provincia.
Las
distintas etnias birmanas, a diferencia de los bengalíes, han sido
tradicionalmente budistas de la rama llamada Theravada, que concede
una gran importancia a la vida monástica. Según algunas tradiciones
budistas de Myanmar, ya en el siglo III a.c., el Gautama fue visitado
por dos comerciantes de Okkala, el antiguo nombre de Rangún, la
vieja capital donde Francisco ha aterrizado. Siempre según las
fuentes birmanas, en Myanmar hay más de 400.000 monjes y 75.000
monjas, 6.000 viharas (escuelas) e innumerables pagodas. Alrededor de
1.000 viharas sirven como instituciones educativas para la comunidad
monástica. Algunos de los monasterios más grandes cuentan con más
de 1.000 monjes que estudian las escrituras budistas y realizan
prácticas de meditación. Más del 80 % de la población de Myanmar
es budista.
En estos
trasplantes poblacionales llevados a cabo por los británicos radica
uno de los principales conflictos con los que debe enfrentarse
Francisco, el de la minoría Rohingja que habita, justamente, la
antigua provincia de Arakán, hoy llamada Rakáin.
Se trata de más de 600.000 personas descendientes de los bengalíes
sunnitas traídos por los ingleses de la actual Bangladesh, la
antigua Bengala Oriental, enfrentados con el gobierno central desde
el inicio mismo de la vida independiente. Las tendencias separatistas
son muy grandes en todo el país y las potencias occidentales,
especialmente los EE.UU. se han montado sobre ellas para debilitar
las constitución de la nación myanmariana. Detrás del
enfrentamiento religioso -recuérdese que el budismo no es en sentido
estricto una religión- se mueven los grandes intereses occidentales
sobre un país rico en petróleo y gas y de una decisiva ubicación
geográfica, con fronteras con China y el Sudeste Asiático.
El
proceso independentista estuvo caracterizado por una retórica
socialista y de emancipación nacional y, en la actualidad, las
principales empresas son estatales, en un estado donde la presencia
del ejército es decisiva desde hace décadas.
Es
de destacar que el viaje de Francisco terminará en Bangladesh, el
otro punto del conflicto. País sobrepoblado y pobre, también ha
sido producto de la distribución de fronteras establecida por el
Imperio Británico. Baste recordar que hasta 1974, formaba parte de
Pakistán, pese a que 1.600 kilómetros separaban a este país de
esa provincia oriental. La independencia y creación de Bangladesh
fue el resultado de una cruenta guerra, en la que, obviamente, las
grandes potencias de la época, EE.UU., Reino Unido, la URSS, China y
hasta la India estuvieron involucradas. Fue gracias a la alianza con
la India que, finalmente, los bengalíes obtuvieron su independencia
de Pakistán.
Musulmanes
sunnitas desde el asentamiento del Islam en el siglo XI, como
resultado de la expansión turca, la población de más de 167
millones de personas contrasta con la relativamente menor población
de su vecino Myanmar.
Francisco
ha decidido viajar a las zonas calientes del globo, aquellas en donde
la paz y la vida humana están más amenazadas. Su concepto de la
periferia ha tomado el centro de su acción pastoral, que es
eminentemente política.
Si
el aprendiz de monje y ex soldado Mizushima intentó que no quedara
ningún cadáver japonés insepulto en tierra birmana, el Papa y ex
soldado de la Compañía de Jesús parece buscar, más
ambiciosamente, que no haya más cadáveres en aquellas periféricas
tierras.
24 de noviembre de 2017
17 de noviembre de 2017
11 de noviembre de 2017
El Apogeo de Mauricio Macri
Este es un artículo escrito para la publicación brasileña Caros Amigos.
Con la sensación
de haber sido un rotundo ganador en las elecciones legislativas del
mes de octubre, el presidente argentino Mauricio Macri convocó al
conjunto del poder económico e institucional de la Argentina al
Centro Cultural Kirchner, pudendamente llamado con sus siglas CCK,
para presentar lo que será su plan político y económico para los
dos años de mandato que le faltan cumplir.
Paradójicamente,
ese lugar, el Centro Cultural Kirchner, era el edificio central de la
Empresa de Correos, que quedó a cargo de la familia Macri al ser
privatizado, administración que lo llevó al concurso preventivo,
hasta que, en el 2003, en una de sus primeras medidas el presidente
Néstor Kirchner rescindió el contrato y finalmente renacionalizó.
Es necesario destacar que la administración privada quedó debiendo
al estado un monto de alrededor de U$S 3.500 millones que el
presidente Macri se encargó de condonar.
Ante un público
integrado por los CEOs de las grandes empresas imperialistas y
nacionales, por los dueños del oligopolio mediático, los
representantes de los intereses terreatenientes y exportadores, que
aplaudían entusiastamente, Macri anunció sus grandes reformas:
laboral, impositiva, previsional y política. El tan anunciado cambio
que su fuerza pregonaba y que los sectores más ortodoxos del
establishment neoliberal le reclamaban por fin se pondría en marcha.
La prensa adicta desplegó fotos y elogios, en los barrios cerrados
de la zona norte del Gran Buenos Aires se hablaba con euforia del
tantas veces anunciado fin del peronismo. Mauricio Macri gozaba del
cénit de su poder y ponía fin a un año de gobierno caracterizado
por grandes torpezas, anuncios de recuperación económica que no
ocurrían y disminución de una inflación que no hacía sino crecer,
a la par de una deuda externa considerada record en el mundo.
La derogación de
la actual Ley de Contrato de Trabajo, de la jornada de ocho horas, de
las horas extras, de los principios básicos del derecho laboral
podrían, por fin, ponerse en marcha para disminuir ese “costo
laboral” que, según el mundo empresarial, impide nuestra
competitividad en el mercado internacional. Un drástico recorte de
las jubilaciones, la creación de un fondo de despidos pagado por el
propio trabajador, el aumento de la edad jubilatoria y, hasta, el
retorno de las AFJP -los fondos de pensión estatizados por Cristina
Fernández de Kirchner- hacían las delicias del capital financiero
presente en la reunión. Una redistribución de los recursos
federales daría inició a una desfinanciación de las provincias del
interior del país y el voto electrónico aseguraría, fraude
mediante, un milenio de gobierno patronal.
El
país estaba en sus manos.
Mientras
tanto, el sistema judicial adicto, caracterizado por su alto grado
de corrupción e inepcia jurídica, se sacaba de encima a la jefa de
los Fiscales Federales, la doctora Gills Carbó, por el procedimiento
de hacerla renunciar amenazando a su hija. En efecto, después de
utilizar inútilmente todo tipo de presiones, el diario Clarín,
verdadero órgano de batalla del gobierno, publicó el número del
telefóno celular de la hija de la Fiscal, que de inmediato se llenó
de amenazas sobre su integridad física. Ese mismo día se decidía
quitar los fueros parlamentarios y detener arbitrariamente al ex
ministro de Planificación, Julio de Vido. Días después, le tocó
el turno al ex vicepresidente de la República Amado Boudou, con
argumentos que no resisten el menor análisis jurídico y acusaciones
que no pueden terminar sino con un sobreseimiento definitivo.
“Siempre
es más oscuro justo antes de que aparezca el día”
Pero
esa mañana, el momento del apogeo del poder de Macri, basado, según
sus cálculos en un 42% del electorado, comenzaba inexorablemente su
perigeo. El mundo real comenzaría a poner dificultades y
limitaciones a la ambición de crear una Argentina a imagen y
semejanza de los integrantes de los directorios de las 10 principales
empresas y bancos del país.
El
viaje a EE.UU, con el intento de destrabar la importación de
biodiesel y de limones, que se ha convertido en la cuadratura del
círculo de un gobierno con serias dificultades de financiación, fue
estéril y lleno de gestos de inútil complacencia con el país
anfitrión. Pocos días después de que la Argentina votase en contra
del bloqueo económico a Cuba, el presidente pidió a Donald Trump
que cortase la importación de petróleo venezolano y toda relación
comercial con el país suramericano. Mientras tanto, el gobierno
norteamericano volvía a enviar un embajador a Caracas y buscaba
restablecer algún modo más normal de relacionamiento, después del
fracaso estrepitoso de la oposición prohijada por los EE.UU. En esos
mismos días la firma Standard & Poors declaraba a la Argentina
como una de las cinco economías más frágiles del mundo, justamente
debido a su altísimo nivel de endeudamiento, junto con Turquía,
Pakistán, Egipto y Qatar.
Ya
de vuelta en el país, Macri tuvo dos nuevos e importantes traspiés
que hicieron evidente la fragilidad de su fortaleza. Una reunión con
los gobernadores provinciales, con los que discutiría una nueva
distribución de los recursos nacionales e impuestos a ciertos
productos de las economías regionales -un 20% de impuesto al vino,
por ejemplo- terminó en el más absoluto fracaso ante el rechazo
generalizado de la medida, incluso de parte de gobernadores de su
propio campo, como el de Mendoza, provincia vitivinícola por
excelencia. El malhumor presidencial terminó con una orden al
ministro de Hacienda de cancelar los impuestos anunciados.
Y
por la tarde vendría el golpe político más fuerte. La CGT, la
central obrera, conducida por un triunvirato formado por
representantes de los gremios más poderosos y negociadores, se
reunió formalmente para rechazar “de
plano”
la reforma laboral propuesta por el gobierno. Esa declaración
permitió, obviamente, que los gremios más dispuestos a un
enfrentamiento con el gobierno, como los empleados bancarios, dieran
rienda suelta a su oposición, incluso llamando a un paro de
actividades contra el proyecto de reforma laboral.
La
firme declaración sindical ha dado solidez a los sectores de la
oposición peronista que, con cierto grado importante de dispersión
y enfrentamiento interno, si bien ha resistido ciertos embates
gubernamentales, como el proyecto de voto electrónico, han
manifestado una relativa debilidad. Es de destacar que, en la nueva
composición de la Cámara de Diputados, se sumarán varios de origen
sindical y representativos de sus propias organizaciones. Con esa
unidad de criterio evidenciada en la CGT no habrá legislador de
origen peronista capaz de aprobar el proyecto tal cual viene del
Ejecutivo. La reforma laboral, corazón de la política macrista,
puede naufragar en el Congreso.
Pero
además, y esto ha sorpredido a propios y extraños, tanto el diario
La Nación, como Clarín han manifestado en sendos editoriales su
desagrado ante los procedimientos policiales con los que se detuvo a
De Vido y a Boudou. El columnista Carlos Pagni, un vocero del más
ferviente antikirchnerismo, llegó a afirmar que muchos miembros del
gobierno están en peores condiciones, para ser sujetos de una
detención policial, que los ex funcionarios kirchneristas. Esas
palabras cayeron como un rayo en una noche serena en un gobierno cuyo
ministro de Finanzas, Luis Caputo, figura en las listas de los
Paradise Papers como propietario de empresas fantasmas, vinculadas a
la parentela del propio presidente.
Como
afirmó el Libertador don José de San Martín, “los
argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir
la boca”.
Buenos Aires, 10 de noviembre de 2017.
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