Esto es lo que me
cuentan mis informantes:
1) los partidos de
la oposición venezolana, mayoritariamente blanquitos y de la
burguesía compradora, reclutaron, para competir con el chavismo,
algunos dirigentes de extracción popular, caracterizados por, como
decía Ernesto Palacio en tono festivo, su humilde color. Es decir
eran negritos. O más negritos que los otros.
2) La creación de
la fantasiosa “presidencia” Guaidó hizo llegar a la oposición
oleadas de dinero yanqui, a través de sus ya conocidas ongs. Pero en
cantidades que harían marear a cualquiera y cuyo control era
absolutamente discrecional.
3) Efectivamente
se marearon y el manoteo sobre esos dólares fue un espectáculo
digno de verse. Diputados y dirigentes viajaban a Colombia y
manoteaban. El llamado embajador en Colombia fue el primero y
posiblemente uno de los que más logró manotear. Esto generó
denuncias sobre los manoteadores, de parte de los que no habían
manoteado.
4) ¿Que hicieron
los manoteadores? Acusar a los dirigentes recién incorporados, de
humilde color, de que habían sido ellos, tierrúos pata al suelo,
los culpables del desmanejo.
5) Esto hizo que
los injustamente acusados, que, además, se habían quedado fuera de
la lotería, decidiesen alejarse de sus afortunados amigos e intentar
ser ellos, entonces, quienes se erigiesen en presidentes
autoproclamados.
6) Sobre esta
profunda división doctrinaria se montó el oficialismo para lograr
que una mayoría de diputados de la Asamblea Nacional eligiesen un
nuevo presidente de la misma y que el autoproclamado quedase fuera de
juego.
7) Este pícaro,
sabiendo que no tenía el número suficiente, hizo la pantomima de
que no le permitían entrar en la Asamblea, lo que los vídeos
demuestran que no es cierto, puesto que entró y volvió a salir, y
actuó el ridículo intento de trepar una verja, hecho en el cual se
ve claramente que cuando logra encaramarse y está por pasar al otro
lado, se voltea para atrás, intentando hacer creer que no lo dejaron
entrar.
8) El resto de los
diputados vinculados a Guaidó ya estaba adentro esperando que este
entrara. Había quorum, se produjo la votación y ¡abracadabra!
Guaidó desapareció.
Buenos Aires, 5 de
Enero de 2020
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